Ayer en un arrebato de ira, rompí los deberes de mi hija, 5 hojas rotas en mil pedazos. Era un día festivo, de puente. Había planchado, luego comimos, limpié la cocina y después tenía que hacer los deberes con mi hija de 5 años. A las 4, 30 teníamos que salir para la clase de música. Y pensé esto es un tormento, no para la niña sino para la madre, una
esclavitud. ¡Los papás seguro que no se ponen!. Siempre tienen tiempo de descansar, menos plancha, menos limpieza...menos de todo. Eso fue lo que me vino a la cabeza. Y lo rompí, " A la, ya no hay deberes". Eso fue lo que dije. Y me quité un gran peso de encima. Al fin.